sábado, 7 de noviembre de 2009

Primera interferencia

Cafetería del león de Greiff

Un cuerpo cerca un espacio
Lo encierra
Lo demarca
Crea un territorio.
Era una cafetería
Ahora el espacio está compuesto por masas de mesas, sillas y personas observantes
La cinta amarilla de peligro que lo rodea lo ha convertido en una especie de escenario abierto y cerrado al mismo tiempo
Pista de juego
De acción
Comensales: masas de sillas, mesas y personas.
El sonido se ha aquietado
Todos miran turbados la cinta amarilla que los rodea
Espacio: masa observante.
Mi cuerpo decide cruzar aquel límite de plástico amarillo
Cuerpo tensionado, contraído, la cabeza va hacia adentro
Cuerpo turbado.
Ahora estoy en medio de la masa observante
Me veo obligada a recorrerla.
Una de las señoras que atiende la cafetería se viene hacia mí con cara asustada
Dice: No me avisaron, que es lo que van a hacer
Rodeada de miradas expectantes, de la atención de la gente, de la quietud; de un pequeño instante silencioso, le contesto pasito con la cara brillante de sudor:
Una acción.
Enciendo por fin la aspiradora
Sonido tranquilizador
Una ventana empieza a sonar
Aparece el adentro y el afuera.
Sonidos dibujados de un cuerpo en el exterior, reproducidos por sonidos chirriantes de icopor contra ventana y una voz aguda de mujer.
Esmeralda y Leonel son espejos. Es el sonido exterior reflejado en el interior y el interior reflejado en el exterior
Las dos realidades, los dos cuerpos, se reflejan el uno en el otro.
Chirridos
Voz
Sonrisa de Leonel
Exterior mudo, interior vagamente ruidoso
Falta de intensidad.
De nuevo aparece la presencia de los otros
Miradas sobre mí
Quiero huir
Mi cuerpo es una pelota
Estoy gorda
Quiero huir
Cuerpo enajenado – en lo ajeno
Ya no se que mas hacer
Mi cuerpo-pelota se desplaza
Tensionado. acelerado
El espacio libre entre las mesas es ahora mi territorio
Un territorio para huir. Me muevo de un lugar a otro escapando de las miradas.
Ya no escucho a las personas
Sólo el LINEAL sonido de la aspiradora
Aspiro el aire, en el que se desplaza no sólo el sonido
Sino mi propia tensión.
Quiero abarcar todo el espacio. Pero no puedo.
Lo aspiro.
De reojo miro a Jaidy, observa en quietud
Quiero quedarme quieta. No puedo, sería comida o absorbida por el sinsentido de mi propia acción.
Sonido de secador:
Samuel está parado cerca a la barra con boca de ventilador, él ha quedado por fuera del espacio.
Los que hablan son los ventiladores, de sus bocas brotan frases de papel largas y amarillas.
El rostro de Samuel es un secador
Boca – ventilador con abrigo negro.
Quiero aspirarlo.
Ya no soy pelota, soy aspiradora.
Continúo el recorrido
Aparecen de nuevo las caras
Más caras,
Mas – caras,
Máscaras.
Agotamiento
Sonido plano
Sonido vago y débil
La cinta se retira
Se apagan las máquinas, el vidrio y la voz.
Nuestro espacio sonoro ha dejado de existir.

Catalina Contreras Urrea

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